Un final dichoso
Lectura: Salmo 37
Al leer el salmo 37 nos damos cuenta de que a pesar de las bendiciones que se prometen, no se niegan las dificultades. A lo largo de la vida nos vemos enfrentados a pruebas y dificultades, pero lo importante es nunca apartarse del Eterno. Al leer el verso 37 nos damos cuenta que se promete un final dichoso.
Salmo 37:37
Considera al recto y mira al justo, porque hay un final dichoso para el hombre de paz.
En el hebreo no está la palabra dichoso, más bien se usa la palabra hebrea “Ajarit” para referirse al final.
Ajarit: postrimería, fin, postreros, el último, final, el futuro, posteridad.
Esta palabra se traduce también como “porvenir” y tiene una buena connotación.
Proverbios 23:17-18
17 No tengas envidia de los pecadores, antes, persevera en el temor de YHVH en todo tiempo,
18 Porque ciertamente hay un porvenir, y tu esperanza no será frustrada.
En el verso 18 la palabra “porvenir” es “ajarit”.
El verso 17 empieza igual que el primer verso del salmo 37, diciéndonos que no tengamos envidia de los malos. A veces vemos como la vida de personas que no creen en el Señor es mejor que la nuestra, pero no podemos engañarnos por las apariencias o por el presente, porque no sabemos cuál sea el final de ellos. Debemos perseverar en el temor al Eterno ante todo. Recuerde que los logros humanos al Señor no le sorprenden, lo que Él busca en el hombre es fe y obediencia a su palabra, esa es nuestra tarea.
Las dificultades son parte de esta vida, pero no permitamos que nos aparten del camino del Señor, debemos confiar y encomendar nuestros pasos hacia nuestro Señor, y Él se encargará de guardarnos para que tengamos un final dichoso.
Nuestra fe como creyentes en el Mesías Yeshua no será frustrada, ya que Él no abandona a los que lo buscan y lo honran.
La voluntad del Eterno es que nuestros últimos días en la tierra sean buenos, pero también sabemos que hay una esperanza aún mayor y es la de vivir una eternidad junto a Él.