El motivo de nuestra alegría

Salmo 32:11

¡Alégrense, ustedes los justos; regocíjense en el Señor! ¡canten todos ustedes, los rectos de corazón! (NVI)

Muchas veces pareciera no haber motivo de gozo, ¿por qué? Porque el hombre basa su alegría en las cosa que tiene, en las cosas que le suceden y en las personas que lo rodean, pero nada de esto es lo suficientemente firme y estable para ser motivo de nuestra alegría, ya que las circunstancias cambian y la gente falla, en cambio, el Eterno es el único que es firme, estable y no cambia, por tanto, podemos reposar en Él. David nos dice: regocíjense en el Señor.

Todos pasamos por dificultades y adversidades, pero la única forma de que podamos enfrentar esto y ser victoriosos es cuando estamos en la Roca firme.

Salmo 33:21

Por tanto, en Él se alegrará nuestro corazón, porque en su santo Nombre hemos confiado. (BTX)

Cuando aprendemos a confiar en Dios nuestro corazón aprende a alegrarse en Él, y digo “aprender” porque nos cuesta tener gozo en medio de las dificultades, pero Dios lo sabe y lo entiende. Es como un niño aprendiendo a caminar, es de a poco, los padres hacen que el niño practique y lo ayudan. El Padre celestial conoce nuestra condición, sabe que al hombre le cuesta confiar en Él, pero Él nos ayuda y es paciente hasta que nuestro corazón aprende a reposar y confiar en Él. Esto no es de un día para otro, lo importante es mirarlo a Él y dejar todo en sus manos.

No miremos a las personas que nos rodean ni a las circunstancias, miremos sólo al Eterno nuestro Dios. En momentos difíciles busquémoslo y mirémoslo ya que Él es nuestra esperanza; y en momentos buenos, sigamos mirándolo a Él y seamos agradecidos.

El Eterno nuestro Dios es el único que es lo suficientemente firme, estable y perfecto para ser motivo de nuestra alegría.

-Belén Villa-