Un fiel compañero
He escuchado decir “todo depende de Dios” o “todo depende de ti” pero en lo personal no estoy muy de acuerdo. Creo que no todo depende de Dios y no todo depende de nosotros. Cada uno tiene su parte, pero nuestra parte es sólo una cosa: tener fe. La única parte que Dios pide del hombre es que tenga fe, lo cual es que le sea fiel, qué esté firme en su caminar con Dios. Veamos 3 ejemplos de las escrituras:
- Abraham: tener un hijo para Abraham era imposible ya que Sara era estéril, pero no era imposible para Dios. Darle descendencia era la parte de Dios, pero la parte de Abraham era guardar su fe en el tiempo que esperaba la promesa. Abraham debía seguir a Dios, obedecerle, serle fiel pasara lo que pasara, fueron años de espera, pero él hizo su parte y Dios hizo la suya dándole a Isaac y toda su descendencia.
- José: salir de la cárcel no dependía de José, él no podía decir “me voy”, por tanto, era imposible para él. José no tenía el control de su libertad física, su libertad estaba en manos de Dios, pero había algo que sí dependía de José y era su fe, su fidelidad a Dios, lo cual era su libertad espiritual y emocional. ¿Qué actitud tendría José en la cárcel? ¿Se rendiría y dejaría de creer en su Dios o permanecería firme y aferrado a su Dios sin importar lo que pasara? Por lo que vemos, José mantuvo su fe y Dios le respondió a su tiempo.
- Moisés: un encuentro con Dios en el monte Sinaí requería que Moisés subiera al monte y que Dios descendiera al monte. Moisés no podía ir más allá y subir al cielo, por eso su parte era subir al monte lo cual podríamos verlo como la fe, cuando Dios te llama a un encuentro con Él y le obedeces, haces tu parte y Dios hace la suya descendiendo a encontrarse contigo.
Dios sabe que como hombre somos limitados y no tenemos fuerzas, muchas cosas son imposibles para nosotros, pero no para Él, por eso Él sólo pide que tengamos fe. Dios busca un compañero fiel que lo siga donde quiera que sea y pase lo que pase, que lo obedezca y esté firme en su decisión de caminar junto a Él.
Hebreos 10: 35-39
Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, «el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado.» Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. (NVI)
-Belén Villa-