Una ofrenda de amor
En todos los evangelios se relata lo que José de Arimatea hizo después de que Yeshua el Mesías murió.
Mateo 27: 57-61
57 Llegado el atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, de nombre José, el cual también se había hecho discípulo de Jesús. 58 Éste se acercó a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que le fuera dado. 59 Y José, tomando el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia 60 y lo puso en su sepulcro nuevo que había excavado en la roca; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se retiró. 61 Y Miriam de Magdala y la otra Miriam, estaban allí sentadas frente al sepulcro. (BTX)
Si no conocemos la cultura y lo que solía hacerse en aquellos tiempos con respecto a los crucificados pensaríamos que la sepultura era lo normal, pero esto no es así, ya que a los crucificados no se les sepultaba.
Con respecto a la crucifixión romana esto es lo que dice en Wikipedia:
“Josefo narra sobre romanos crucificando a la gente en las paredes de Jerusalén, cuenta también que los romanos crucificaban a los criminales en distintas posiciones. En la crucifixión los condenados sufrían una muerte lenta por sofocación. El cuerpo era mantenido allí para que fuera devorado por los buitres y otras aves.
La meta de la crucifixión romana no era solamente matar al criminal, sino también mutilar y deshonrar el cuerpo del condenado. El control sobre el propio cuerpo era vital en culturas antiguas. La pena capital quitaba ese “autocontrol” lo que denotaba la pérdida del honor. También en las culturas antiguas una muerte honorable requería del entierro, dejar el cuerpo en la cruz así como mutilar y evitar su sepelio eran una gran deshonra. Además, normalmente los condenados eran expuestos desnudos. Los romanos habitualmente rompían las piernas de los condenados para acelerar su muerte y evitar su entierro”. *
Después que las aves carroñeras los comieran por días, los cuerpos (o lo que quedaba de ellos) eran arrojados en fosas comunes.
El Padre Eterno sabía lo que los romanos hacían, pero Él nunca permitiría que el cuerpo de su Hijo amado fuera deshonrado de esta manera. Vemos primeramente que los cuerpos no podían permanecer ahí ya que era día de la preparación y se acercaba el shabbat, también debemos recordar que a Yeshua no le quebraron las piernas ya que Él ya había muerto, el Padre no permitió que le tocaran sus huesos.
Los judíos habían visto crucifixiones, por tanto, José de Arimatea sabía lo que vendría. José amó a su Señor por esto entró osadamente ante Pilato y pidió el cuerpo de Yeshua para poder sepultarlo como es digno. El Padre Eterno puso en el corazón de José el hacer esto.
Juan 19: 38-42
38 Después de estas cosas, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús (aunque en secreto por temor a los judíos), rogó a Pilato que le permitiera llevar el cuerpo de Jesús. Pilato se lo permitió, y entonces fue y llevó su cuerpo. 39 También había ido Nicodemo (el que al principio acudió a Él de noche), llevando una mezcla de mirra y áloe como de cien libras. 40 Tomaron pues el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con las especias aromáticas, según es costumbre de sepultar entre los judíos. 41 Y en el lugar donde fue crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual nadie había sido puesto aún. 42 Allí pues pusieron a Jesús, a causa del día de la Preparación de los judíos, porque el sepulcro estaba cerca. (BTX)
La tumba fue comprada por José para que él (José) fuese enterrado ahí, José era un hombre rico y de influencia y él le ofreció al Señor lo mejor ya que era tumba de rico, además era un sepulcro nuevo por tanto es una ofrenda de primicia.
Leemos además de las especias que Nicodemo llevó lo cual era como de cien libras, esto equivale a 34 kilos, esta era una gran cantidad y se utilizaba para los entierros de la realeza. Para José y Nicodemo Yeshua no era un simple hombre o maestro bueno, Yeshua era totalmente digno de recibir lo mejor, Él era un Rey, por lo tanto, no merecía menos que eso.
La crucifixión fue a lo romano hasta donde el Padre lo permitió, pero la sepultura fue a lo judío y digno de un Rey, tal cual el Padre lo prometió.
Isaías 53:9
9 Y dispusieron su sepultura con los impíos, Pero con el rico fue su tumba. Y aunque nunca hizo maldad ni hubo engaño en su boca. (BTX)
Nuestro Señor merece lo mejor.
-Belén Villa-
*fuente: wikipedia